Adiós al resentimiento “perdón y olvido”
Cada vez que se concluye un año se hace
un análisis y un recuento de las luces y de las sombras vividas, por ello es
importante abrirse al perdón y al olvido, para comenzar el año nuevo sin ninguna
carga que llevemos de más y abrirnos a las cosas positivas que se puedan
generar. Si en nuestras vidas existen conflictos, familiares, de amigos o de
pareja es importante tratar de solucionarlos y dedicarnos a disfrutar de esta
época juntos, la vida es un instante vivido en alegría.
Los seres humanos somos propensos a
tener la facilidad
de traer a la mente los sucesos amargos y los errores que cometen los seres que
amamos y al mismo tiempo preferimos ignorar los esfuerzos que hacen algunos en
darnos momentos de dicha y armonía. Nuestra mente es un músculo que debemos
ejercitar, pero no archivando tristezas ni momentos que nos desalienten sino
por el contrario destacando los pequeños detalles de cortesía y aprecio que nos
llenan cada día.
Cuando se hieren los sentimientos
de las personas que amamos se crea una actitud de separación ocasionando escape
y defensa, el recapacitar a tiempo puede enmendar la falta con sabiduría y
ternura, pero es difícil esperar que simplemente como por arte de magia
desaparezcan las huellas dolorosas que se han provocado. Sea cual fuere el
motivo que tengamos para revelarnos ante la intolerancia, lo primero es
considerar nuestra paz interior, así que antes de dejar salir
palabras de resentimiento, es mejor meditar primero y luego calmadamente
establecer la razón del distanciamiento. El que es incapaz de perdonar es
incapaz de amar. “Martin Luther King”
El perdón es un camino complicado de
tomar pero definitivamente el más sano y que más convine para la paz interior. Si
acumulamos por mucho tiempo los rencores podemos perder la capacidad de tratar
con justicia a los demás, a los que no tienen la culpa y que se acercan a
nosotros con el corazón abierto.
El verdadero perdón es aquel que abre la puerta al olvido, ya que cuando se
perdona de corazón se borra el daño que pudieran habernos ocasionado, como
consecuencia, el olvido es el resultado de ese paso sincero que es perdonar. Para
olvidar es necesario hacer del perdón
una actitud natural en nosotros, recordemos que debemos proceder como nos
gustaría que lo hicieran con nosotros. Apartarse de la ofensa es mejor que luchar
con discusiones inútiles, veamos más allá de la circunstancia transitoria y
ejecutemos la actitud exitosa de Perdonar
y Olvidar de corazón.
Ama, perdona y olvida; hoy te lo dice una amiga, mañana te lo dirá la vida.
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