Las relaciones de madres e hijas son muy complejas, ya que en la mayoría de los casos las madres ven reflejada en la hija su propio ideal y existe el riesgo de que las madres quieran reparar propios anhelos, convirtiéndose, a veces, en vampiros a expensas que asechan a las propias hijas, obligando por ejemplo a que sean bailarina, actriz, cantante porque siempre quiso serlo y las circunstancia se lo impidieron. “El día que tú naciste, dejé de ser la hija de mi madre para ser la madre de mi hija. Ese día comenzó la vida para ti… y también una nueva vida para mi”. Anónimo Hay casos donde disfrazan a las niñas de modelos, obviando si les gusta, tienen talento o condiciones físicas e imponen cientos de profesiones, mediante las cuales algunas madres liberan en las hijas sus frustraciones, moldeando la propia identidad, tratando de convertirlas en alguien que no son y que pudiera desenlazar en trastornos en la personalidad. “Así como aceptamos a nuestras hijas, las liberamos para qu...